Entre recuerdos, visiones y luz interior. Hacia el yo humano.

Mirar hacia adentro, incluso si es difícil, es un acto de fuerza y libertad. 

De esta convicción surge una práctica pictórica que explora la interioridad como un espacio de investigación, sanación y verdad, donde la experiencia individual y las dinámicas colectivas se entrelazan. El diagnóstico de fibromialgia marca el punto de inflexión que da lugar a esta urgencia expresiva. Diletta Lucrezi, también conocida como Diluce, es una artista autodidacta.  Recibió su primera orientación de su madre, una exalumna de Giuseppe Capogrossi. 

Su trabajo comienza con visiones urbanas suspendidas entre el sueño y la memoria, representando una primera forma de introspección, un intento de reconectar con la parte más antigua de sí misma, moldeada en la metrópoli. La evolución hacia un lenguaje abstracto y material profundiza el contacto con tensiones invisibles, conflictos internos y capas emocionales. 

Principalmente utiliza acrílicos y pastas de textura. 

Una dentista, vive y trabaja en Italia.

Exhibió en 2024 en una exposición colectiva en Via Margutta, Roma.

Mi investigación artística está impulsada por la exploración de las dinámicas humanas, personales y colectivas: observar y comprender puede romper las cadenas que nos separan de nosotros mismos y de los demás.

Mi trabajo comienza con recuerdos y visiones de la infancia en la metrópoli, evolucionando hacia formas abstractas y materiales.

Hablo a aquellos que se atreven a mirar hacia adentro y hacer preguntas, abriendo espacios para la transformación.

Creo en la autenticidad de compartir como un acto tanto artístico como humano: solo a través de compartir nos damos cuenta de que somos parte de un Todo.

Seamos sociales